
El llamado lirio de jardín, o Iris, en todas sus variedades rizomatosas, por lo general, es una planta de gran rusticidad y vigor.
La facilidad de su cultivo hace que el mantenimiento se limite la mayoría de las veces a la limpieza de la vegetación seca y los tallos florales cuando la flor se marchita, unicamente por motivo estético y sanitario.
No es exigente en cuanto a la calidad del sustrato, si bien se desarrollará mejor en suelo bien drenado que facilite su expansión y prevenga enfermedades y pudriciones del rizoma.
La facilidad de su cultivo hace que el mantenimiento se limite la mayoría de las veces a la limpieza de la vegetación seca y los tallos florales cuando la flor se marchita, unicamente por motivo estético y sanitario.
No es exigente en cuanto a la calidad del sustrato, si bien se desarrollará mejor en suelo bien drenado que facilite su expansión y prevenga enfermedades y pudriciones del rizoma.